"II. Estudio de Lluria sobre la naturaleza y el problema social", por Pedro Henríquez Ureña

"Cuando a fuerza de ahondar en el estudio de la fenomenología universal llegan a revelar en plena luz los cerebros superiores es todavía elemento mal o no asimilado por los entendimientos comunes; y no porque las realidades científicas sean, ni con mucho, oscuras, sino porque la razón común ha seguido el mismo antinómico e irregular desarrollo que la vida económica: el intelecto de la masa social, sin excluir las comunidades más civilizadas, contiene en incongruente mezcla verdades aprendidas principalmente en las exteriorizaciones prácticas de la ciencia, y conceptos absurdos, supervivencias hereditarias o atávicas, aparecidos, según la gráfica expresión de la tragedia ibseniana. Por lo tanto, una de las necesarias tareas preparatorias de la realización de una vida social más acorde con las leyes naturales de la evolución, ha de ser la racionalización del pensamiento de las mayorías por medio de una educación positiva, científica y práctica, destructora de la ruina [...]".